Después de casi una semana bebiendo casi nada en Marruecos, ayer en casa de mis padres celebrando la Nochebuena, mi hermano y yo dimos buena cuenta de todas las existencias de whisky de mi padre. Mi vieja nos tuvo que preparar un café a las tres de la mañana y acabó diciendo que vaya hijos que tiene. Mi hermano estaba peor que yo pero que bien lo disimula el cabrón.
PD: Poned el altavoz lo más alto que podáis y disfrutad con un villancico: Silent Night; The Dickies
lunes, diciembre 25, 2006
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